He pensado en aprovechar el verano para empezar a entrenar, que tengo menos trabajo y puedo dedicarle más tiempo. Yo creo que puedo entrenar perfectamente 4 días en semana y salir a andar y todo vaya, así voy haciendo el hábito ahora y cuando llegue septiembre ya lo tendré asentado y podré seguir.

Qué fácil, ¿verdad?
Joder, tiene sentido y todo.
Aprovechar para crear un hábito, para retomar alguna actividad o para probar actividades nuevas cuando hay más tiempo. Pues sí, todo bien.
Casi cualquier momento en el que tengas un mínimo de tiempo (y de energía) es bueno para todo esto. El verano o las vacaciones tienen esta ventaja normalmente, que tenemos más tiempo para dedicarnos.
“Pero Fran, te noto un tonillo así raro, como que quieres matizar algo…”

Que quede claro que de verdad creo que es buena idea empezar a entrenar o retomar actividades cuando tenemos más tiempo, ¿vale?
Pero… Joder, siempre hay un “pero”.
Y de hecho con esto te traigo más de un pero.

El primer problema que tenemos con este planteamiento quizás no se vea demasiado claro.
Pero está ahí.
Acechando.
Listo para dirigirnos sin que nos demos ni cuenta.
Seguro que te suena, es la Hiperproductividad™️.
Entiéndeme, no hay nada inherentemente malo en querer “aprovechar” el tiempo que tenemos para hacer cosas que normalmente no podemos hacer.
Simplemente ten cuidado de no caer con tu ocio en la misma trampa que caes en el resto de cosas.
En pensar que nunca es suficiente.
Que tienes que hacer más.
Hacerlo mejor.
Producir, producir, producir.
Hasta para el ocio y el autocuidado. Total, ¿qué podría salir mal?
Pero… Joder, el segundo “pero”.
El segundo problema igual ya te lo has planteado, sobre todo si has intentado esto alguna vez.
El clásico Todo o Nada®️.
“O aprovecho que tengo ahora tiempo y hago 4 días de entrenamiento de fuerza, 2 días de natación, voy a baile, cuido a mis amistades, leo 2 horas, salgo a andar 10 mil pasos todos los días, playa, piscina, montaña…“
O no hago nada, porque total, no puedo con todo.
Ojo, no hago nada pero me sigo sintiendo fatal, no en plan “no hago nada y me relajo y descanso”.

Clasicazzo.
¿Te suena?
Hacer las cosas poco a poco y de forma progresiva no sirve de nada, claro. Encima corres el riesgo de ir mejorando y conseguir de verdad el objetivo que tenías en mente de forma más sana y respetuosa.
Es mejor aprovechar para machacarte con todo ahora de golpe porque tienes más tiempo, sin duda. Así puedes agobiarte a tope y dejarlo pronto y no avanzar nada.
Y me repito, aprovechar la situación cuando tenemos tiempo está genial, pero…
El tercer “pero”… ¿Qué va a pasar cuando no tengas tanto tiempo?
Este problema fijo fijo fijo que te lo conoces si ya has intentado “aprovechar” el verano o las vacaciones.
La Vuelta a la Rutina©️.
Resulta que cuando tenías tiempo has podido entrenar más, relajarte, leer, etc.
Pero que luego vuelves a tener menos tiempo, oye, y quieres mantener el mismo nivel de actividades y de relajación.
Ya sabes cómo sale eso, claro.
Aquí se juntan los dos problemas de antes: tener que seguir produciendo lo mismo y la mentalidad de todo o nada.
Y como no puedes seguir con el mismo ritmo, pues la solución es sencilla.
Intentarlo.
Agobiarte.
Fracasar.
Abandonar.
Y vuelta a empezar, pero con la autoestima un poquito peor.
“Pero Fran, ¿qué hago entonces?”
Vaya, un cuarto “pero”, aunque este no es mío, sino tuyo, que conste.
Es broma, claro. Seguramente con esto que has leído ya se te ha ocurrido alguna que otra cosilla que puedes hacer, ¿no?
Te cuento lo que haría yo si me encontrase con que tengo algo más de tiempo libre:
Ponerme las cosas fáciles.
Pero fáciles de verdad. No pretender hacer cosas que no he hecho nunca y encima sin darme permiso para hacerlo mal.
Puedes empezar con cosas que ya sepas que te molan y a partir de ahí ir explorando, por ejemplo.
Empezar por hacer algo un par de días en semana y luego ir intentando sumar días, o hacer cada día algo más intenso o cualquier otra movida.
Trazar un plan.
Un plan que te permita ir avanzando poco a poco, sin grandes saltos ni locuras.
Un plan que además luego pueda adaptarse a cómo vengan las circunstancias, que no sea inamovible.
Algo que entiendas que es para probar y que luego puedes cambiar todas las veces que haga falta.
Aceptar el fracaso.
Porque vas a “fracasar” seguro.
Al menos si entiendes que no llevar el plan a pies juntillas es fracasar, claro.
También podrías entender que el plan es solo una idea que te ayuda a ponerte en marcha y que, de nuevo, está sujeto a todos los cambios que sean necesarios en función de cómo vayan las cosas.
Aprender a adaptar.
Si ahora tienes más tiempo está genial, pero llegará un momento en el que tengas menos con toda seguridad y no podrás seguir haciendo las cosas igual.
Aprender a adaptarte al tiempo que tengas, intentando mantener cierta “constancia” va a ser clave para ver resultados.
Vas a conseguir más entrenando de forma “crónica” 1 o 2 días a la semana según puedas que intentando meter 3-4 y abandonando a cada rato porque es insostenible.
De nuevo, póntelo fácil y no te compliques más la vida.
Prueba, juega, diviértete.
Si ahora tienes más tiempo aprovecha para probar cosas nuevas.
Cuantas más experiencias tengas con distintas actividades o metodologías más opciones tendrás luego para elegir cuál se adapta mejor a tus circunstancias en cada momento.
Quizás siempre has hecho crossfit o entrenamiento de fuerza convencional y nunca te has permitido experimentar con clases dirigidas o con deportes de resistencia.
Cualquier momento es bueno para probar cosas.
¿Qué puede salir mal?
¿Que no te guste algo que pruebes?
Pues no lo haces más y a otra cosa.
No te cases.
En línea con lo anterior: no tienes que estar toda la vida haciendo una misma cosa para que sea valioso o tenga sentido, como no tienes que estar toda la vida con una única persona para que cada relación sea importante para ti.
Ojo, estar cambiando de actividades está en cierto sentido castigado socialmente, ya que se suele catalogar a la gente que cambia de actividades cada cierto tiempo como “poco comprometidas” y cosas así.
Pero mira, que les den.
Si te apetece apuntarte a crossfit 3 meses y no volver en un año y tener que “volver a empezar”… ¿qué problema hay? Si te gusta y los disfrutas palante.
Puedes hacer 3 meses de crossfit, luego natación, después zumba y luego boxeo,
Puedes alternar todo lo que quieras y ser mediocre en todo lo que hagas, no tienes que masterizar una actividad para que sea valiosa y cumpla con sus objetivos.
Haz lo que te apetezca, dónde te apetezca y de la manera en que te apetezca.
En resumen: si estás pensando en empezar a entrenar estando de vacaciones, palante, pero hazlo con cabeza, con cariño y disfrutón.
Y ya sabes que si necesitas algo de ayuda con todo esto, es por aquí.